Entonces dio Agar a Jehová, que hablaba con ella, el nombre de: «Tú eres el Dios que me ve», porque dijo: «¿Acaso no he visto aquí al que me ve?» 14 Por lo cual llamó al pozo: «Pozo del Viviente-que-me-ve“ (Génesis 16:13-14). 

August 28, 2024

El Dios que me ve

Entonces dio Agar a Jehová, que hablaba con ella, el nombre de: «Tú eres el Dios que me ve», porque dijo: «¿Acaso no he visto aquí al que me ve?» 14 Por lo cual llamó al pozo: «Pozo del Viviente-que-me-ve“ (Génesis 16:13-14).  

Algo que me encanta al leer la Biblia es que encuentro nuevos ejemplos que demuestran que nuestro Dios es muy compasivo. En el capítulo16 libro de Génesis se relata la historia de Agar, la sierva de Sarai y esposa de Abraham. Anteriormente, al leer el libro de Génesis me interesaba mayormente en los personajes principales tales como Noé, Abraham y José. En este momento, al profundizar más en mis estudios para mi tesis doctoral que trata acerca de varios personajes bíblicos no judíos a quienes Dios amaba, he escogido a Agar. 

Agar era una sierva egipcia que probablemente les fue dada a Abraham y Sarai cuando estuvieron en ese país. Comencé mi estudio acerca de Agar deseando saber el significado de su nombre. Me llamó mucho la atención que en contraste con nombres como Abraham que significa “padre” o Sarai cuyo significado es “princesa”, el nombre Agar significa “extranjero”. Fue entonces que me di cuenta que Agar en sí no era su nombre sino una designación social que Abraham y Sarai le habían dado.  

Agar no se sentía cómoda con Sarai ya que ésta la afligía mucho y decidió huir. El relato bíblico nos dice que Dios la encontró en el desierto al lado de una fuente de agua y le preguntó: “¿De dónde vienes y a dónde vas?” Ella solamente le contestó que venía  huyendo de Sarai sin decirle cuál era su destino. Dios le respondió que a pesar del mal trato que había recibido debía regresar a Abraham y Sarai y someterse a ellos. Lo notable es ver que Dios, de la manera como lo había hecho con Abraham, hizo también un pacto con Agar, dando el nombre de Ismael a su hijo, que significa “Jehová ha oído tu aflicción”.   

Lo que llama la atención de la historia es que al concluir la conversación ella le llamó a la fuente “Pozo del Viviente que me ve”. Ella salió de allí muy asombrada porque no podía concebir la idea de que el Dios a quien adoraba Abraham estaba también interesado en ella. Comprendió que para Dios ella no era una pobre sierva sino un ser humano de gran valor. 

En la actualidad vemos que en este país existen algunas personas que desprecian a los inmigrantes y los califican socialmnte como “extranjeros ilegales”. Da tristeza escuchar a los políticos expresarse de esta manera. Agradezco a Dios porque sé que él se preocupa por todos, inclusive los inmigrantes. Sabemos que Dios nos ve en nuestras diversas circunstancias, tanto buenas como difíciles. Apreciado lector, si usted se siente solo y poco apreciado, recuerde la historia de Agar y las palabras del Salmo 34:15: “Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos”. 


Carmelo Mercado es el vicepresidente de la Unión del Lago