Jovenes Hispanos celebrando su graduacion de la Universidad Andrews es un servicio especial auspiciado por AULA (Andrews University Latino Association).
Por primera vez había volado solo y estaba por comenzar una nueva etapa de vida fuera del hogar en que había crecido en Nueva York. Al graduarme de la escuela secundaria, no tenía duda alguna que mi siguiente paso sería estudiar en una universidad. Había enviado solicitudes a tres universidades en el estado de Nueva York, y fui aceptado en las tres con becas que cubrían todos mis gastos. Sin embargo, mi deseo era estudiar en una universidad adventista.
Para muchos de los jóvenes adventistas que vivíamos en el estado de Nueva York la universidad adventista más cercana era Atlantic Union College. De manera que envié una solicitud allí. Esperé por bastante tiempo pero no recibí respuesta, lo que encontré extraño. Le comenté mi situación a otro joven adventista, y me dijo que había sido aceptado para estudiar en otra universidad adventista en el estado de Michigan. No había oído yo de la Universidad Andrews, pero les envié mi solicitud y en poco tiempo recibí la aceptación. Sin embargo, no me ofrecían becas como lo habían hecho las universidades públicas. Consulté con mi querida madre acerca de mi situación, y ella me dio ánimo con las siguientes palabras: ¨Ellos ofrecen una educación más esencial por ser una institución que enfatiza la educación cristiana. Ve allí a estudiar y Dios suplirá todas tus necesidades¨.
De manera que llegué a la Universidad Andrews con pocos recursos financieros, pero sí con la confianza de que Dios me iba a bendecir. Al comienzo mi deseo era prepararme para ser médico misionero en algún país extranjero. Poco a poco me fui adaptando a vivir en el internado de jóvenes, a levantarme temprano y tomar clases como biología y química. Pero lo que más me interesaba eran las clases de religión y las actividades de obra misionera en la comunidad en las que nos animaban a participar. Finalmente, después de tres años de estudio, decidí cambiar de carrera y seguir en la rama de ministerio pastoral. La realidad es que la decisión de estudiar en la Universidad Andrews cambió mi vida.
Estoy convencido que Dios estableció esta universidad con el propósito de ayudar a jóvenes a conocerlo y a crecer espiritualmente. Comprendo que existe la preocupación en cuanto a la parte financiera porque los costos aparentan ser altos. Quisiera informar a los lectores de este artículo que la Unión del Lago está en el proceso de desarrollar un plan junto con la Universidad Andrews para ayudar a los jóvenes hispanos a obtener el apoyo financiero que necesiten. Es mi deseo que los jóvenes de esta Unión aprovechen la educación más esencial que ofrecen las instituciones adventistas y que de esta manera puedan mantener su fe en Dios. Les agradecería que oren para que Dios nos dirija en los planes que se están desarrollando.
Carmelo Mercado es el vice presidente de la Unión del Lago.