“En medio del gran desaliento, Nehemías puso su confianza en Dios, e hizo de él su segura defensa. Y el que sostuvo entonces a su siervo ha sido el apoyo de su pueblo en toda época. … La respuesta que la fe dará hoy será la misma que dió Nehemías: ‘Nuestro Dios peleará por nosotros;’porque Dios se encarga de la obra y nadie puede impedir que ésta alcance el éxito final” (Profetas y Reyes), p. 476.
Uno de los libros de la Biblia que más me cautiva es el libro de Nehemías; comienza cuando Nehemías recibe la noticia de que los muros de Jerusalén estaban en ruinas y que los judíos que vivían allí se encontraban muy desanimados. Nehemías, que servía como copero del rey de Medo-Persia, se sentía muy triste por la situación en que se encontraba su pueblo y no sabía cómo remediarla. En su desesperación oró a Dios para que tuviera misericordia de su pueblo. Dios respondió abriendo puertas para proveer los recursos necesarios para edificar los muros. El proceso no fue nada fácil y Nehemías tuvo que enfrentar muchos desafíos. Pero a pesar de tantos inconvenientes nunca perdió de vista su visión, y como consecuencia el Señor le concedió el éxito en menos de dos meses.
El ejemplo de Nehemías lo vi repetirse recientemente en el caso de una nueva escuela establecida en Evansville, Indiana. Años antes había existido una escuela adventista auspiciada por la Iglesia Adventista de habla inglesa en esa ciudad. Pero desafortunadamente fue necesario cerrarla por falta de alumnos. Fernando Pizarro, pastor actual de la Iglesia Hispana de Evansville, sintió la necesidad de establecer una escuela adventista para los niños de su iglesia, ya que asistían a escuelas públicas. Tanto el presidente de la Asociación como el Superintendente de Educación de la Asociación le dieron apoyo al proyecto. Por supuesto, Satanás no duerme, de manera que los obstáculos fueron muchos. Primero era necesario remodelar la iglesia para cumplir con los requisitos de la ciudad para poder establecer una escuela, lo que resultaba muy costoso.
Debían también obtener la autorización del estado de Indiana para poder solicitar la licencia necesaria como también conseguir los fondos que dicho estado. Gracias a Dios, la iglesia siguió el ejemplo de Nehemías—oró y trabajó. Y como en el caso de Nehemías, Dios les abrió las puertas y suplió todo lo que necesitaban. Como resultado, existe hoy la única escuela adventista en la Unión que está auspiciada totalmente por una iglesia hispana.
Esto me trae a la mente mi cita favorita: “No hay límite a la utilidad del que, poniendo a un lado el yo, permite que el Espíritu Santo obre sobre su corazón, y vive una vida enteramente consagrada a Dios¨ (Servicio Cristiano, p. 315). Que Dios nos ayude a confiar en Él y recordar que para Dios nada es imposible.
Caption: Algunos de los niños inscritos en la nueva escuela adventista de Evansville, Indiana. | PC: Joshua Perdoza